Siete Muertes Consecutivas
Hace muchos años recibí paciente femenina de unos 80 años de edad con ataque cardíaco que fue diagnosticado de Fibrilación Auricular que pasó casi inmediatamente de su ingreso a Fibrilación Ventricular, fue sometida a Desfrilabilación eléctrica ( Shock ) y medicación en Cuidados Intensivos, se instauró tratamiento medicamentoso agresivo y vigilancia tan estrecha que me auto-condenó a abandonar a todos mis pacientes, a mi familia a y quedarme a su lado durante casi tres días ya que de forma intermitente comenzaba de nuevo el ciclo de Fibrilación Ventricular que producía muerte clínica con desaparición de las ondas electrocardiográficas. Como estábamos a la cabecera de la paciente en cuidados intensivos, de inmediato se le aplicaba el Electro-shock, el cual producía una sorprendente recuperación de los signos vitales. De esta forma conseguimos que se recuperara de siete ( 7 ) muertes clínicas con linea isoeléctrica en el EKG ( electro- cardiograma ). Por supuesto , estábamos super-agotado , pero no me confiaba de nadie y menos después que los familiares me nombraron como el Papá de la buena señora ya que ellos estaban conscientes de que con mis esfuerzos había conseguido darle vida después de 7 muertes consecutivas, también la Señora me llamaba de esa guisa. Hasta que no se instaló un marcapasos, no me moví de su lado, comprobando antes que había una total estabilidad en su estado.
Habíamos abandonado la familia, comíamos en la cabecera de la cama, dormitábamos con la cabeza apoyada sobre su cama y solo en muy contadas veces dábamos unos cortos paseos por el pasillo de la UCI, la cual estaba provista de unas ventanas que permitían la vigilancia de los monitores que tenía colocados.
Posteriormente estuve monitorizando el funcionamiento del marcapasos , cada 6 meses, pasaba por mi consulta para esos controles, cada vez que iba me invitaba a merendar a su casa en un pueblo cercano, siempre he sido reacio a esas manifestaciones de agradecimiento , así que cortésmente le aseguraba que algún día pasaría por su casa que quedaba en un pueblo cercano, pero nunca me decidía a cumplir esa promesa.
En una ocasión, cuatro años más tarde , estaba cerca de su pueblo y decidí cumplir lo prometido. Al llegar al pueblo había una cuesta bastante empinada y por ella vi bajar a la buena Señora con un bastón que era su acompañante desde hacía muchos años, detuve el vehículo hasta que llegó hasta él y luego del saludo afectuoso , empezaron las quejas porque según ella, tanto en subidas diarias de esa cuesta como por las escaleras de su casa para subir a la segunda planta, ¡ se cansaba !. No me quedó más remedio que reír, pues era muy cuesta arriba convencer a la buena señora que a pesar de ese cansancio, ella estaba muy bien , pues había estado ¡ Muerta ! siete veces seguidas y estas quejas eran cuatro años después de aquello.
Poco tiempo después , sin embargo, me la llevaron al Hospital en muy malas condiciones , muy descompensada, y los familiares me pidieron que esta vez , tanto ella como sus familiares habían acordado que no se hicieran tantos esfuerzos y que no se usaran tantos tubos y artilugios para recuperarla, o sea me estaban pidiendo una Eutanasia Pasiva, en caso de que yo conscientemente lo considerara así. Les contesté que me dejaran la libertad de decidir en que momento La Parca había ganado su batalla. Eso sucedió muy prontamente pues el deterioro era muy severo y poco tiempo después hablé con los familiares para acordar con ello su vuelta a casa, pues era lo que me había pedido-Morir en casa, en su cama-. Procedimos a darle de alta y justo faltando unos metros para que la Ambulancia llegara a su casa, falleció
Habíamos abandonado la familia, comíamos en la cabecera de la cama, dormitábamos con la cabeza apoyada sobre su cama y solo en muy contadas veces dábamos unos cortos paseos por el pasillo de la UCI, la cual estaba provista de unas ventanas que permitían la vigilancia de los monitores que tenía colocados.
Posteriormente estuve monitorizando el funcionamiento del marcapasos , cada 6 meses, pasaba por mi consulta para esos controles, cada vez que iba me invitaba a merendar a su casa en un pueblo cercano, siempre he sido reacio a esas manifestaciones de agradecimiento , así que cortésmente le aseguraba que algún día pasaría por su casa que quedaba en un pueblo cercano, pero nunca me decidía a cumplir esa promesa.
En una ocasión, cuatro años más tarde , estaba cerca de su pueblo y decidí cumplir lo prometido. Al llegar al pueblo había una cuesta bastante empinada y por ella vi bajar a la buena Señora con un bastón que era su acompañante desde hacía muchos años, detuve el vehículo hasta que llegó hasta él y luego del saludo afectuoso , empezaron las quejas porque según ella, tanto en subidas diarias de esa cuesta como por las escaleras de su casa para subir a la segunda planta, ¡ se cansaba !. No me quedó más remedio que reír, pues era muy cuesta arriba convencer a la buena señora que a pesar de ese cansancio, ella estaba muy bien , pues había estado ¡ Muerta ! siete veces seguidas y estas quejas eran cuatro años después de aquello.
Poco tiempo después , sin embargo, me la llevaron al Hospital en muy malas condiciones , muy descompensada, y los familiares me pidieron que esta vez , tanto ella como sus familiares habían acordado que no se hicieran tantos esfuerzos y que no se usaran tantos tubos y artilugios para recuperarla, o sea me estaban pidiendo una Eutanasia Pasiva, en caso de que yo conscientemente lo considerara así. Les contesté que me dejaran la libertad de decidir en que momento La Parca había ganado su batalla. Eso sucedió muy prontamente pues el deterioro era muy severo y poco tiempo después hablé con los familiares para acordar con ello su vuelta a casa, pues era lo que me había pedido-Morir en casa, en su cama-. Procedimos a darle de alta y justo faltando unos metros para que la Ambulancia llegara a su casa, falleció